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La importancia de tener “work-life balance” y 3 pasos para crear una rutina que funciona

Escrito por:
Ale

La forma de trabajar ha cambiado muchísimo desde la pandemia del COVID y la modalidad de trabajo remoto o híbrido, está aquí para quedarse. Hoy más que nunca toma importancia el tema de conseguir un buen balance entre la vida personal y el desarrollo profesional. Los límites y barreras entre el trabajo y el tiempo libre se han vuelto extremadamente borrosos desde que las tareas, las reuniones, los clientes y los emails van con nosotros donde quiera que estemos, en la palma de nuestra mano. 

Si bien esta nueva modalidad de trabajo nos permite tener una mayor flexibilidad para poder entrelazar nuestra agenda personal con la profesional, el mal manejo de esta nueva libertad nos puede convertir en “workaholics” sin darnos cuenta. El trabajo remoto nos agarró de imprevisto y sin previo entrenamiento como para saber hacer la mejor gestión de él. Es por eso que yo vengo a darte unos tips basados en mi experiencia personal con el trabajo remoto para que puedas crear una rutina que se acople a tu vida y tu propia metodología de trabajo y logres un balance entre el desarrollo y crecimiento profesional y el autocuidado y disfrute de la vida personal. 

Yo tengo 3 años de estar trabajando en remoto e incluso en diferentes zonas horarias, y aunque me ha tomado varias pruebas (y muchos errores), finalmente he logrado diseñar una rutina que se acopla a perfectamente a mis necesidades personales y logra encajar mis objetivos profesionales con mis proyectos personales, hobbies y amistades. Para crear tu propia rutina balanceada, te recomiendo seguir estos 3 pasos: 

  1. Hacer planificación y priorización

En mi opinión, no hay nada peor que sentarse a trabajar y no saber qué es lo que tenes que hacer… a mi el cerebro se me hace bola. Me estreso desde antes de ni siquiera empezar y por eso ha sido clave una buena planificación y priorización. Los lunes defino 3 metas para la semana. Estas metas son un poco más amplias y globales: cada una de ellas requiere distintas acciones. Día con día repito el proceso antes de arrancar con el trabajo del día, definiendo de 3 a 5 acciones claves a completar ese día, procurando que formen parte de los objetivos globales de la semana. Aplico esto tanto para mi vida profesional como personal, definiendo también objetivos de autocuidado, ejercicio, alimentación y socialización.  

  1. Encontrar actividades que te distraigan y centren

He notado que mientras más distraigo mi mente con actividades que me estimulan y entretienen en mis ratos libres, mejor es mi claridad mental y concentración en las horas que me siento a trabajar. Con la mente clara y despejada, tu productividad y desempeño incrementan (y no me lo inventé yo). Es por eso que te recomiendo firmemente buscar algún tipo de hobby que estimule tus endorfinas y promueva tu relajación. Es infalible en mi rutina diaria tener algún tipo de ejercicio (depende de mi energía, recurro al pilates, yoga o spinning), una caminata (escuchando mi podcast favorito), leer un libro de ficción (y si es un romance, mejor) y una actividad meditativa (breathwork, meditación guiada o journalling). Usualmente incluyo una de estas actividades por la mañana antes de ponerme a trabajar, para empezar el día con motivación y claridad; otra después del día laboral para despejar la mente; y finalmente antes de dormir me pongo a leer para dejar de pensar en el trabajo y descansar tranquila. Además procuro incluir una vez a la semana actividades de socialización con amistades que nutren mi vida con quienes tengo conversaciones profundas e inspiradoras, intentando no hablar de preocupaciones laborales. 

  1. Definir límites flexibles

Suena un poco contradictorio el concepto de límites flexibles, pero te prometo que tiene sentido. Si bien es importante marcar tiempos y espacios claros para trabajar y separar de la vida personal, no podemos ser rígidos con nuestras barreras, porque así como hay imprevistos, también hay flujos que van y vienen como la marea… ej: la motivación y la carga de trabajo. Hay días en que se acerca una entrega y te toca trabajar un rato de más y debemos tener la flexibilidad de ajustar nuestros límites para permitirlo. Luego hay días en que la motivación simplemente no fluye y debes permitirte esos ratos de baja productividad, tomando distancia de la tarea. En vez, enfócate en alguna de las actividades que te nutren y así podrás redescubrir tu inspiración. 

Siguiendo estos pasos podrás diseñar una rutina personalizada que se acople perfectamente a tu personalidad y productividad, permitiéndote encontrar un buen balance. Así podrás prosperar en el ámbito profesional sin descuidar tus relaciones personales y bienestar. 

Y si quieres copiarme algunas de las cosas que yo incluyo en mi rutina (que me ha tardado años perfeccionar), aquí te dejo una lista de mis imprescindibles: